Ética y responsabilidad son expresiones que deben caracterizar la práctica profesional en muchos sectores de la sociedad. La farmacia, al ser una actividad de alta tecnología, es solo un ejemplo de un campo en el que las decisiones (responsables) sobre medicamentos y atención médica están estrechamente relacionadas con la vida privada y pública. El comportamiento responsable solo puede demostrarse cuando la base moral, los valores sobre los que se toman las decisiones, son claros y aceptados por la sociedad en su conjunto. La base de la acción responsable en medicina todavía se considera que conecta con el Juramento Hipocrático. Pero este código no tiene una base filosófica clara, aparte del hecho de que fue reconocido por el círculo interno de los médicos. Dilemas modernos como el papel de la tecnología, los costos públicos, la definición de vida, la ingeniería genética y el suicidio asistido exigen un enfoque racional, basado en ideas filosóficas y comprensible y aceptado por el público. A partir del trabajo de filósofos del siglo XX como Rawls, Nussbaum y Sen, se pueden abstraer valores esenciales, que se aplican a la salud y la atención médica. Aunque la pluralidad de seres humanos complica la traducción de tales valores en reglas generales de conducta, este artículo presenta un modelo de comportamiento responsable, basado en estos valores. Parece que la responsabilidad incluye la obligación de interactuar con un paciente en una medida en que los valores de la libre determinación, la compasión y la justicia tengan una importancia real para las partes involucradas. Esta responsabilidad requiere experiencia («aristotélica») y sabiduría práctica, y debe reconocerse a través de directrices y legislación.