5 Mujeres Con Cabello Gris Se Revelan Cuando Pasaron a Su Color Natural

La primera vez que escribí sobre el cabello gris para Allure, era una editora de belleza de 20 y tantos años sin una sola hebra de gris. Mi tarea consistía en contactar a un colorista de primer nivel y pedirle que revelara sus secretos para camuflar esos molestos cables plateados con los que otras personas, personas mayores, tuvieron que lidiar. El colorista ofreció consejos útiles y prácticos, pero también sugirió que el verdadero estigma asociado al cabello gris no tenía nada que ver con la edad. No vemos a una mujer con grises y pensamos: «Vaya, es vieja», explicó. En cambio, pensamos: «Vaya, se dejó llevar.»

Eso fue hace más de una década, y mucho ha cambiado. Por un lado, los editores de belleza jóvenes y frescos ya no escriben historias antienvejecimiento. Por otra parte, hemos abolido el término antienvejecimiento. Y hay un montón de cosas (dos niños, genética, rotación celular lenta, ese verano que pasé fumando en Italia) que han conspirado para darme grises. Forman un patrón alterno de luz y oscuridad, como rayas de alfiler. Brillan cuando me miro en el espejo, de modo que lo primero que noto de mí es mi cabello gris. Probablemente es lo primero que otras personas notan de mí también. Y estoy en buena compañía. Cada vez más mujeres están adoptando la pérdida natural de pigmentos, desafiando con orgullo la noción desgastada (y, francamente, insultante) de que el cabello nevado es una elegía para la juventud, la belleza, la sensualidad y la relevancia.

¿Cuál es la razón del dramático ajuste de actitud? Regístrame. Pero sé que estoy demasiado ocupado con la vida para pasar horas y horas borrando toda evidencia de ella. Y eso me da una idea real, muy esperada, de este cambio cultural: Tener la cabeza llena de grises no significa que las mujeres se rindan. Significa que vivimos en nuestros propios términos. Estoy bien con eso, y también lo están cinco modelos de pelo gris a las que preguntamos sobre abrazar su cabello gris natural.

Una versión de este artículo apareció originalmente en la edición de noviembre de 2019 de Allure. Para obtener su copia, diríjase a los quioscos de periódicos o suscríbase ahora.

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