CMP

Un paciente asintomático de 52 años de edad se sometió a una endoscopia de seguimiento para esófago de Barrett. Su examen mostró una protuberancia de 1,5 cm en el antro gástrico (Figura 1A). Se derivó al paciente para ecografía endoscópica, que consideró la lesión como un tumor del estroma gastrointestinal (Figura 1B), pero no una típica, se sugirió entonces una tomografía computarizada (TC) del abdomen. La TC reveló una lesión heterogénea que afectaba el antro gástrico y el segmento lateral izquierdo del hígado (Figura 2A). La laparotomía exploratoria reveló que la lesión era un hueso de pollo (Figura 2B). El postoperatorio fue sin incidentes, excepto por una infección supurativa en el sitio quirúrgico.

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(A) Endoscopia muestra una protuberancia en el antro gástrico adyacente al píloro. B) La ecografía endoscópica reveló que la lesión era compatible con un tumor de estroma gastrointestinal, pero se recomendó una tomografía computarizada abdominal

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(A) Tomografía computarizada abdominal que muestra la lesión que afecta el estómago y el hígado. B) El cuerpo extraño ingerido: un hueso de pollo

Las lesiones submucosas gástricas normalmente son mesenquimales en su origen e incluyen estroma gastrointestinal, leiomiomas, leiomiosarcomas, neoplasias neuroendocrinas y schwannomas.1 Actualmente, la ecografía endoscópica se considera el abordaje estándar para evaluar las lesiones gástricas intramurales.2 El estroma gastrointestinal puede originarse en cualquier parte del tracto gastrointestinal. En el estroma gastrointestinal (60% de todos los tumores de estroma gastrointestinal), normalmente se recomienda la resección quirúrgica. Los tumores pequeños (< 2 cm) sin signos de malignidad (ulceración, sangrado, margen irregular, necrosis y cambio quístico) se pueden controlar con vigilancia activa. Sin embargo, existe la posibilidad de malignidad en cualquier tumor del estroma gastrointestinal, independientemente del tamaño.1,3-5

La perforación del tracto digestivo causada por cuerpos extraños ingeridos, por otro lado, es rara. La mayoría de estos cuerpos extraños pasan a través del tracto digestivo, y menos del 1% de ellos causan perforación.6 Por razones desconocidas, algunos de ellos perforan la pared gástrica y se alojan en el lóbulo izquierdo del hígado.7La remoción se puede lograr mediante endoscopia, laparoscopia o laparotomía. Es importante mencionar que la ingestión de cuerpos extraños a menudo ocurre en personas que usan prótesis dentales, como ocurrió con nuestro paciente. Las prótesis dificultan la sensibilidad oral. Y, pueden, no solo, tragarse a sí mismos, sino también facilitar el acto de tragar algún otro cuerpo extraño.7,8

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