El proyecto de vida es un plan trazado, un esquema vital que encaja en el orden de prioridades, valores y expectativas de una persona que como dueña de su destino decide cómo quiere vivir. Este proyecto de vida está vinculado de forma directa con la felicidad porque lo que de verdad desea el corazón humano es conectar con el gozo de una vida plena. En esencia, este proyecto de vida recoge los planes que de verdad suman bienestar a una persona que es consciente de aquello que quiere y lucha por conseguirlo.
Saber adaptarse: Los planes no siempre salen como uno quiere
El proyecto de vida trazado previamente a nivel teórico no siempre encaja como un puzzle en la acción práctica puesto que la vida no se puede controlar al cien por cien. Pero sí es importante que a rasgos generales una persona sienta que está en el punto en el que de verdad quiere estar y que tiene una vida que de verdad le satisface. De lo contrario, surge la insatisfacción interior, el malestar y la tristeza de no estar aprovechando bien el tiempo de verdad.
Independiente del resultado, lo importante es colocarse objetivos
Lo significativo es tener un proyecto que se plantee una meta, no importa si se cumple a tal o cual fecha prevista, más tarde o más temprano de lo esperado o pensado oportunamente, lo fundamental es delinearse un proyecto personal porque eso implicará desafío, crecimiento y la mirada puesta hacia adelante, algo que siempre reportará beneficios en el desarrollo personal.
El proyecto de vida es individual, sin embargo, existen momentos en los que el proyecto de una persona se cruza con el camino de otra. Así sucede, por ejemplo, en el caso de formar una pareja.
Cuando dos proyectos de vida no son compatibles, entonces, surge un problema difícil de concicliar. Es decir, si uno de los dos quiere casarse por la iglesia pero el otro no quiere hacerlo, si uno quiere tener hijos y el otro no, si uno apuesta por un estilo de vida más materialista mientras que el otro tiene valores más espirituales, entonces, no existen puntos en común y es difícil encontrar puentes que actúen como un nexo de unión entre dos personas distintas.
En la pareja: Coincidir y compartir un mismo proyecto
Pero cuando ambos coinciden hay una unidad en el pensamiento de proyectar una vida en común: casarse, tener hijos, etc. En ese marco, se termina por ampliar el proyecto de vida y además se lo va construyendo a la par con otra persona, y ya no de forma personal, por lo menos en aquellos aspectos compartidos.
Un proyecto de vida es tan importante que hasta puede llegar a motivar una crisis personal si es que se llegó a determinada edad y se percibe que nada de lo soñado o planteado salió como se pensó. Ahora bien, es importante que señalemos que las crisis que puedan desencadenarse en este sentido también pueden ser buenas porque marcan un reajuste interno del cual pueden derivarse conclusiones que ayuden a propiciar cambios positivos.
Siempre hay tiempo de intentar cumplir una meta
Es importante recordar que cualquier momento de la vida es propicio para cumplir los verdaderos sueños del corazón y apostar por la felicidad. Para definir tu proyecto de vida a corto plazo piensa en dónde quieres estar dentro de un año y visualízate a ti mismo en tu posición vital ideal. La aventura merece la pena.
Ilustrado. Adobe. Kolidzei, Marko Cerovac, Chaloemphan y Nadezhda