Enfoque de política burocrática, enfoque teórico de la política pública que enfatiza la negociación interna dentro del Estado.
El enfoque de la política burocrática argumenta que los resultados de las políticas son el resultado de un juego de negociación entre un grupo pequeño y de alto rango de actores gubernamentales. Estos actores vienen al juego con diferentes preferencias, habilidades y posiciones de poder. Los participantes eligen estrategias y objetivos de política basados en diferentes ideas de qué resultados servirán mejor a sus intereses organizacionales y personales. La negociación continúa a través de un proceso pluralista de toma y daca que refleja las reglas del juego imperantes, así como las relaciones de poder entre los participantes. Debido a que este proceso no está dominado por un solo individuo ni es probable que privilegie las decisiones racionales o de expertos, puede resultar en resultados subóptimos que no cumplen los objetivos de ninguno de los participantes individuales.
La mayoría de las discusiones sobre política burocrática comienzan con el artículo de Graham T. Allison de 1969 en American Political Science Review, «Modelos Conceptuales y la crisis de los Misiles cubanos», aunque este trabajo se basó en escritos anteriores de Charles Lindblom, Richard Neustadt, Samuel Huntington y otros. Allison ofrece un análisis de la crisis de los misiles cubanos que contrasta la negociación política burocrática con otros dos modelos de elaboración de políticas. El primero de ellos supone que las decisiones de política son tomadas por un tomador de decisiones unitario y racional, representado por «el Estado» en muchas formulaciones. Por lo tanto, la política burocrática a menudo se ofrece como contrapunto a las concepciones realistas o racionalistas de la toma de decisiones políticas. El segundo enfoque alternativo describe las políticas que se guían por procedimientos burocráticos previamente establecidos, e incluso resultan de ellos, lo que deja poco margen para la acción autónoma de los responsables de la adopción de decisiones de alto nivel. En comparación con estas y otras concepciones alternativas de la formulación de políticas, el modelo de política burocrática representa una cepa significativa y distintiva de la teoría a nivel de organización y estado en las relaciones internacionales, la teoría de la organización, la política pública y la política estadounidense.
Quizás el concepto más perdurable del modelo de política burocrática, y la forma abreviada que muchos han utilizado para definirlo, es que los actores perseguirán políticas que beneficien a las organizaciones que representan en lugar de intereses nacionales o colectivos. Esta idea, de que «el lugar donde te encuentras depende de dónde te sientes», a menudo se llama la ley de Miles por el burócrata de la era Truman que acuñó la frase. Una afirmación central e intuitivamente poderosa de las explicaciones políticas burocráticas, esta premisa ha sido criticada por su visión estrecha de la formación de preferencias. Por ejemplo, los críticos señalan que no explica el papel de muchos actores importantes en el estudio de caso de la política burocrática original de la crisis de los misiles en Cuba. Sin embargo, incluso los primeros teóricos de la política burocrática, incluida Allison, fueron explícitos al reconocer que otros factores, como la personalidad, las relaciones interpersonales y el acceso a la información, también juegan un papel importante en el proceso político burocrático. Para estos teóricos, tres preguntas clave guían la comprensión del juego de la formulación de políticas: (1) ¿Quiénes son los actores? (2) ¿Qué factores influyen en la posición de cada actor? y (3) ¿Cómo se unen las posiciones de los actores para generar políticas gubernamentales?
Cada una de estas consultas enmascara una serie de preguntas e hipótesis adicionales sobre el proceso político burocrático. Ya sea que los actores sean elegidos o nombrados, de alto, medio o bajo nivel, y recién llegados a sus puestos o manos antiguas, todos pueden afectar sus intereses y posiciones de negociación. Por ejemplo, los actores que sirven como parte de una administración política temporal, como los designados políticos de los Estados Unidos. presidente, es probable que persiga intereses a más corto plazo que los funcionarios públicos de carrera con afiliaciones organizativas de larga data. Muchos aspectos del entorno político también influyen en la dinámica política burocrática. Por ejemplo, las cuestiones que son muy destacadas y visibles para los principales grupos interesados pueden hacer que actores políticamente ambiciosos alteren sus posiciones de negociación. El lugar en el que se lleva a cabo la negociación—sala de gabinete, sala de juntas, medios de comunicación públicos, etc.—también puede privilegiar a algunos actores y algunos intereses sobre otros.
Se pueden extraer importantes implicaciones de este modelo. Un objetivo principal del análisis inicial de Allison era mostrar que la suposición, común entre los profesionales de la política exterior, de que los gobiernos actúan como actores racionales y unitarios es fundamentalmente errónea. Para comprender las acciones de un Estado-de hecho, de cualquier organización grande y compleja-hay que entender las reglas que rigen sus procesos de toma de decisiones y las motivaciones de los actores que participan en ellos. El resultado de ese proceso puede indicar un punto de avenencia sin una lógica estratégica interna clara e incluso reflejar las consecuencias no deseadas de un tira y afloja dinámico entre los actores. Por lo tanto, puede ser muy difícil interpretar las intenciones que subyacen al comportamiento aparentemente estratégico de organizaciones complejas, lo que hace que las interacciones con esos órganos sean menos previsibles y, en algunas esferas, como los conflictos internacionales, por consiguiente, más peligrosas.
Aunque el modelo de política burocrática se ha utilizado para describir la toma de decisiones en muchos contextos diferentes, se aplica más comúnmente a la formulación de políticas nacionales en los Estados Unidos y, en particular, a la política exterior de los Estados Unidos. Este enfoque ha significado que la teoría sigue sin desarrollarse en muchas áreas de política, y la visión pluralista tradicional de la política burocrática ha sido cuestionada por críticos que afirman caminos alternativos para la formulación de políticas. Algunos críticos argumentan que en el contexto estadounidense el modelo subestima el poder del presidente, que domina la política a través de la selección y el control de los funcionarios designados. Otros critican el modelo porque pone muy poco énfasis en el poder de los administradores y estructuras de nivel inferior para influir en las políticas a través del control de la información y la implementación. Debido a que el enfoque de la política burocrática se ha aplicado con mayor frecuencia a los estudios de la toma de decisiones de crisis, los críticos también han afirmado que su valor para explicar la elaboración de políticas ordinarias, particularmente a lo largo del tiempo, es limitado. Finalmente, algunos han expresado preocupaciones normativas sobre las implicaciones del modelo de política burocrática para la rendición de cuentas del gobierno: si las decisiones del gobierno no pueden atribuirse a los responsables de la formulación de políticas individuales, sino que son el resultado de un proceso opaco de toma y daca entre líderes electos y no electos, la asignación de responsabilidades y, por lo tanto, la rendición de cuentas por estas actividades se vuelve mucho más difícil.