Cianuración
Se recupera más oro por cianuración que por cualquier otro proceso. En la cianuración, el oro metálico se oxida y se disuelve en una solución alcalina de cianuro. El oxidante empleado es el oxígeno atmosférico, que, en presencia de una solución acuosa de cianuro de sodio, provoca la disolución del oro y la formación de cianoaurita de sodio e hidróxido de sodio, según la llamada reacción de Elsner:
Cuando se completa la disolución de oro, la solución que contiene oro se separa de los sólidos.
Con minerales de mayor contenido de oro (es decir, más de 20 gramos de oro por tonelada de mineral), la cianuración se logra mediante lixiviación en cuba, que implica mantener una suspensión de mineral y disolvente durante varias horas en tanques grandes equipados con agitadores. Para extraer oro de minerales de baja ley, se practica la lixiviación en pilas. Los enormes montones descritos anteriormente se rocían con una solución diluida de cianuro de sodio, que se filtra a través del mineral amontonado, disolviendo el oro.
Inmensas cantidades de solución y sólidos están asociados con un circuito de lixiviación de la cuba, debido a las muy bajas concentraciones de oro en los minerales. Con el fin de eliminar los enormes costos de capital asociados con la compra e instalación de equipos de separación de sólidos/líquidos, se han desarrollado técnicas que eluden todo el proceso de separación. Uno de ellos es la adición de carbón activado granular a la mezcla de mineral durante o al finalizar la solubilización de oro. El oro disuelto se adsorbe fácilmente en el carbono, lo que lo elimina de la solución, y el carbono granular se separa del mineral ahora estéril haciendo pasar la suspensión a través de una pantalla. A continuación, el oro se lixivia de las partículas de carbono mediante una solución fuerte de cianuro de sodio e hidróxido de sodio, y se recupera de la solución mediante electroobjetivo directamente sobre lana de acero o mediante el proceso Merrill-Crowe. En este último proceso, la solución que contiene oro se desoxigena y pasa a través de un filtro prensa, donde el oro se desplaza de la solución mediante reducción con polvo de metal de zinc.