La investigación científica generalmente se ha fundado en altos estándares éticos establecidos por investigadores en instituciones académicas y de investigación de atención de la salud. El fraude científico, un acto de engaño o tergiversación del propio trabajo, viola estos estándares éticos. Puede tomar la forma de plagio, falsificación de datos y autoría irresponsable. El fraude científico se ha atribuido a intentos mal dirigidos de alcanzar altos niveles de éxito personal y profesional. Los investigadores tan propensos cometen fraude científico en la búsqueda de promoción, estatus, tenencia y obtención de becas de investigación. Para desviar el fraude científico, se sugieren tres recomendaciones: (1) socializar a los posibles investigadores de enfermería en una atmósfera donde prevalezca la integridad intelectual y profesional; (2) hacer que los investigadores de enfermería establecidos sirvan como modelos a seguir y mentores que puedan educar al investigador neófito sobre la ética de la investigación, incluido el fraude científico; y (3) enfatizar y recompensar la calidad en la investigación y las publicaciones, en lugar de la cantidad.