Las lesiones hepatocelulares hipervasculares incluyen etiologías benignas y malignas. En la categoría benigna, la hiperplasia nodular focal y el adenoma son típicamente hipervasculares. Además, algunos nódulos regenerativos en cirrosis pueden ser hipervasculares. Las lesiones hepatocelulares primarias hipervasculares malignas incluyen carcinoma hepatocelular, carcinoma fibrolamelar y colangiocarcinoma periférico. Las lesiones vasculares hepáticas a menudo aparecen hipervasculares porque tienden a seguir el aumento de la reserva de sangre; estos incluyen hemangiomas, malformaciones arteriovenosas, angiosarcomas y peliosis. Si bien la mayoría de las neoplasias malignas gastrointestinales que metastatizan al hígado aparecerán hipovasculares en las imágenes de fase arterial y venosa portal, ciertos cánceres como los tumores neuroendocrinos metastásicos (incluidos los tumores neuroendocrinos pancreáticos, los tumores carcinoides y los tumores del estroma gastrointestinal) tienden a producir metástasis hipervasculares debido al mayor reclutamiento de suministro de sangre arterial. Por último, las lesiones hepáticas poco frecuentes, como el tumor glómico y el seudotumor inflamatorio, pueden tener una apariencia hipervascular.