La mala conducta en la investigación ocurre cuando un investigador fabrica o falsifica datos, o plagia información o ideas dentro de un informe de investigación. La falta de conducta debe cometerse intencionadamente y la denuncia debe probarse con pruebas suficientes. La definición de mala conducta también puede extenderse a las violaciones de la confidencialidad y a las violaciones de autoría/publicación.
Los denunciantes, o aquellos que denuncian la mala conducta, están obligados a actuar, pero pueden enfrentar consecuencias graves, como la reducción del apoyo a la investigación, el ostracismo, las demandas o la terminación. Las instituciones deben contar con un procedimiento para investigar e informar los hallazgos de mala conducta a la Oficina de Integridad de la Investigación (ORI, por sus siglas en inglés) de los NIH y para proteger tanto a los denunciantes como al acusado hasta que se haga una determinación.
Los investigadores declarados culpables de mala conducta pueden perder fondos federales, restringirse a la investigación supervisada o perder su trabajo, por lo que la investigación exhaustiva de una acusación es vital. A pesar de las numerosas denuncias de mala conducta, solo se confirma una de cada diez mil denuncias.