A pesar de estos obstáculos, nuestra comprensión de los efectos que los anticonceptivos pueden tener en la calidad de vida general de una mujer continúa evolucionando.
La Dra. Angelica Lindén Hirschberg, profesora y experta en salud de la mujer del Instituto Karolinska en Estocolmo, Suecia, fue una de las principales integrantes del equipo que realizó un estudio el año pasado que encontró que los anticonceptivos orales reducen el bienestar general.
«Nuestro estudio mostró cambios significativos en algunos aspectos de la sexualidad, incluida la reducción del deseo, la excitación y el placer en comparación con el placebo, lo que indica un efecto causal», dice Hirschberg. «Además, encontramos una reducción significativa en el bienestar general en comparación con el placebo. En particular, reduce el bienestar positivo, el autocontrol y la vitalidad. Creemos que estos resultados son de gran importancia ya que todas las mujeres jóvenes estaban sanas, y el control de la natalidad no es un tratamiento para ninguna enfermedad.»
Estudios como el de Hirschberg son prueba de que estamos progresando, y podemos impulsar ese progreso a mayores alturas elevando nuestras voces y compartiendo nuestras historias.
Esto es algo que el director Sindha Agha conoce bien. Después del lanzamiento de «Birth Control Your Own Adventure», recibió una respuesta abrumadora de mujeres, muchas de las cuales le agradecieron por compartir su experiencia.
«Los comentarios llegaron a raudales», dice, » y no eran solo de mujeres jóvenes, sino también de mujeres mayores que decían que mi trabajo las hacía sentir escuchadas.»
Soy una de las mujeres que está agradecida por el video de Agha. Me ayudó a darme cuenta de que no estaba sola después de que mi propia aventura con el control de la natalidad llegara a su fin. Después de años de síntomas aparentemente aleatorios, decidí que me quitaran el DIU. El dolor frecuente en mi pierna desapareció casi de inmediato, y las palpitaciones regulares del corazón que estaba experimentando pronto también se detuvieron. Sin embargo, los efectos secundarios dejaron a mi cuerpo en estado de shock, y todavía me estoy recuperando unos ocho meses después.
Afortunadamente, he encontrado un médico que me está escuchando y estamos trabajando para tratar los síntomas que todavía estoy experimentando.
Las mujeres están redefiniendo lo que durante mucho tiempo se ha considerado normal gracias al creciente número de activistas, autores y artistas que hablan sobre cómo los médicos descartaban continuamente su dolor, solo para ser diagnosticadas con una afección grave años después.
Si vamos a progresar, es importante que enfrentemos los lugares oscuros que han definido la libertad de las mujeres, en particular la complicada historia de la anticoncepción.
«Fue desgarrador darse cuenta de que en muchos sentidos todavía tenemos que ser nuestros propios detectives, nuestros propios defensores y, a veces, incluso nuestros propios médicos», dice Agha, recordando su comprensión después del lanzamiento de su película. «A menudo nos hacen sentir que el cuerpo femenino es un misterio loco que no entendemos, cuando en realidad muchas de estas afecciones y enfermedades hormonales que experimentamos son realmente comunes. Pero como no se abordan adecuadamente o no se toman en serio, muchas mujeres continúan sintiéndose aisladas, porque nos dicen que todo está en nuestras cabezas, pero no lo está.»
Aunque experiencias como la de Agha y la mía reflejan un pequeño porcentaje de mujeres que han elegido usar anticonceptivos hormonales, no obstante, ocurren. No todos los tratamientos son apropiados para todas las personas, y se debe informar a las mujeres de todos los posibles efectos secundarios antes de decidir qué opción de anticoncepción es adecuada para ellas.