La Comuna 13 solía ser una de las zonas más peligrosas de Medellín, pero los proyectos comunitarios y una serie de escaleras mecánicas al aire libre han ayudado a convertir este distrito pobre en una de las comunas más coloridas de la ciudad.
A lo largo de los años 80 y 90, Comuna 13 fue considerado uno de los barrios más peligrosos del mundo. Estaba dirigido por violentas organizaciones de narcotraficantes, que utilizaban a los pobres y extensos barrios de las colinas como ruta de tránsito para entrar y salir de la ciudad, y servía de bastión para guerrilleros, pandillas y paramilitares.
Pero las cosas comenzaron a cambiar en 2002, cuando el presidente Álvaro Uribe lanzó la Operación Orión, una incursión en la Comuna 13 encabezada por 3.000 soldados respaldados por helicópteros. Fue un comienzo brutal y controvertido. Durante la primera semana de la redada, al menos 18 personas resultaron muertas, 34 heridas y casi 250 detenidas en la Comuna 13. Los 100.000 residentes del vecindario quedaron atrapados en el fuego cruzado, lo que resultó en detenciones arbitrarias, desapariciones y cientos de heridos.
Durante la década siguiente, el gobierno comenzó a mejorar la comuna de la ladera, remodelando las casas de ladrillo y construyendo centros comunitarios, pero el acceso siguió siendo un problema. Así, en 2011, el gobierno instaló las escaleras eléctricas, una serie de escaleras mecánicas al aire libre que se extienden por 1.260 pies (384 m), conectando partes del otrora caótico y aislado barrio de la ladera con la ciudad de abajo.
Las escaleras mecánicas dieron a los residentes nueva libertad y provocaron un cambio total en la mentalidad local. Los niños comenzaron a jugar en las calles una vez más, y los artistas locales se sintieron lo suficientemente seguros como para salir y alegrar su vecindario.
El resultado fue la creación de una de las comunas más coloridas de Medellín. El área que rodea los seis juegos de escaleras mecánicas ahora está cubierta de murales y grafitis, con colores brillantes y paredes de arte callejero que antes estaban llenas de agujeros de bala. Muchos murales cuentan la historia de la Comuna 13, o representan héroes locales, las obras de arte se deslizan mientras subes por la escalera mecánica hasta la cima de la colina, donde un mirador y un paseo marítimo brindan excelentes vistas de la ciudad.
Ha sido un cambio dramático para la Comuna 13, y los turistas ahora vienen a subir a la escalera mecánica y ver el arte callejero. Pero a pesar de las mejoras, sigue siendo un vecindario pobre y no del todo seguro. La Comuna 13 todavía tiene un largo camino por recorrer, pero al menos el futuro parece mucho más brillante para lo que una vez fue uno de los vecindarios más peligrosos del mundo.