TL; DR (Demasiado largo; no leyó)
Las características sexuales primarias y secundarias son rasgos físicos que hacen que los hombres y las mujeres se vean y se comporten de manera diferente entre sí en ciertas especies, incluidos los humanos. Las características sexuales primarias son las que están presentes al nacer, y están determinadas por la influencia de los cromosomas en las hormonas en el útero para los mamíferos, y en otros factores como la temperatura de incubación de huevos para algunas especies de reptiles.
Las características sexuales secundarias aparecen durante la pubertad. Estas características no se utilizan en la reproducción sexual, pero son importantes para atraer a una pareja, como colmillos largos o escamas de colores brillantes, o para poder brindar cuidado a la descendencia, como senos humanos o bolsas de marsupiales.
Los machos en especies sexualmente dimórficas típicamente tienen apariencias y comportamientos ornamentales, como el plumaje llamativo del pavo real o las danzas o canciones especializadas de numerosas aves, para atraer a las hembras. La teoría de la hembra exigente pretende que las hembras elijan machos con una ornamentación más grande, brillante y mejor para aumentar la viabilidad de su descendencia al elegir una pareja con buenos genes. Esto puede deberse a que sus hijos tienen más probabilidades de tener esos mismos rasgos atractivos, perpetuando sus genes (la hipótesis de los «hijos atractivos») o porque esos rasgos están asociados con la fuerza y la resistencia a la enfermedad, lo que los hace más propensos a sobrevivir para reproducirse (la hipótesis de los «genes buenos»).