Los trastornos relacionados con el estrés, como la depresión y la ansiedad, presentan déficits marcados en las funciones cognitivas y de comportamiento relacionadas con la recompensa. Se trata de condiciones de discapacidad muy frecuentes con altos costos sociales y económicos. Además, un porcentaje significativo de personas afectadas no puede beneficiarse de la intervención clínica, abriendo espacio para nuevos tratamientos. Aunque los datos de la literatura han reportado resultados limitados y variables con respecto a los criterios de valoración relacionados con el estrés oxidativo en trastornos relacionados con el estrés, el posible efecto neuroprotector de compuestos antioxidantes, como el ácido ascórbico (vitamina C), emerge como una posible estrategia de terapia para enfermedades psiquiátricas. Aquí presentamos brevemente información de antecedentes sobre la actividad biológica del ácido ascórbico, en particular las funciones relacionadas con la homeostasis del SNC. Además, revisamos la información disponible sobre el papel del ácido ascórbico en las enfermedades relacionadas con el estrés, centrándose en los estudios de suplementación y agotamiento. La deficiencia de vitamina C está ampliamente asociada a enfermedades relacionadas con el estrés. Aunque la eficacia de esta vitamina en los trastornos del espectro de ansiedad está menos establecida, varios estudios demostraron que la suplementación con ácido ascórbico produce un efecto antidepresivo y mejora el estado de ánimo. Curiosamente, la modulación de los sistemas de neurotransmisores monoaminérgicos y glutamatérgicos se postula como objetivo fundamental para los efectos antidepresivos y ansiolíticos de esta vitamina. Dado que la suplementación con ácido ascórbico produce una respuesta terapéutica rápida con baja toxicidad y alta tolerancia, puede considerarse como un candidato putativo para el tratamiento de trastornos del estado de ánimo y ansiedad, especialmente aquellos que son refractarios a los tratamientos actuales. En el presente documento, se revisó la literatura considerando el uso potencial del ácido ascórbico como adyuvante en el tratamiento de la ansiedad y la depresión.